Las manos son un verdadero reservorio de gérmenes: una pequeña parte está compuesta por microorganismos no patógenos que normalmente habitan en la piel sin causar daño; sin embargo, a estos pueden añadirse virus y bacterias presentes en el aire o adquiridos al tocar diferentes superficies.
Los gérmenes, cuando encuentran un ambiente favorable, se alojan en él y, si las condiciones lo permiten, se multiplican a un ritmo sorprendente. Pueden sobrevivir durante horas en superficies como juguetes, teléfonos, manijas, mesas, teclados, toallas u otros objetos, y desde allí transmitirse fácilmente a la nariz, la boca o los ojos simplemente a través de nuestras manos.
Los gérmenes patógenos que permanecen en la piel pueden ser responsables de múltiples enfermedades: desde las más frecuentes y leves, como la gripe o el resfriado común, hasta otras menos comunes pero más graves, sobre todo en entornos hospitalarios.
Por eso, la higiene de las manos es un elemento fundamental para prevenir infecciones y constituye la medida más importante para evitar su propagación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra cada 5 de mayo el Día Mundial del Lavado de Manos para recordar la importancia de este gesto simple pero esencial en la prevención de infecciones transmisibles, en especial en hospitales y centros de salud.

Cómo lavarse las manos correctamente
Aquí tienes algunas reglas básicas para un lavado de manos eficaz e higiénico:
- Usa agua corriente y jabón; es preferible el jabón líquido a la pastilla, ya que al no estar expuesto al aire impide la proliferación de gérmenes.
- Escoge jabones suaves, con ingredientes emolientes e hidratantes, libres de tensioactivos agresivos (como SLES), que pueden dañar la barrera natural de la piel.
- Aplica el jabón en ambos palmos y frótalo en el dorso, entre los dedos y debajo de las uñas durante 40 a 60 segundos.
- Enjuaga bien con agua corriente.
- Sécate con papel desechable, una toalla personal limpia o un secador de aire caliente.
- Evita tocar grifos o manijas con las manos recién lavadas: usa un pañuelo limpio, preferiblemente desechable.
- Si es necesario, aplica una crema hidratante para prevenir irritaciones en caso de lavados frecuentes.
- En lavados muy continuos, es menos agresivo usar gel hidroalcohólico (con concentración de alcohol entre 60% y 80%) combinado con ingredientes hidratantes.
- Recuerda: para que sean efectivos, estos productos deben aplicarse siempre sobre manos secas.
¿Cuándo lavarse las manos?
Lavarse las manos con frecuencia es fundamental, sobre todo cuando pasas mucho tiempo fuera de casa, en espacios públicos. En estos casos, un gel desinfectante a base de alcohol sin enjuague puede ser una excelente alternativa para reducir el riesgo de infecciones.
El lavado es especialmente importante en ciertas situaciones:
Antes de:
- Comer.
- Manipular o preparar alimentos.
- Administrar medicamentos.
- Curar o tocar una herida.
- Colocar o retirar lentes de contacto.
- Usar el baño.
- Cambiar un pañal.
- Entrar en contacto con una persona enferma.
Después de:
- Toser, estornudar o sonarse la nariz.
- Estar en contacto cercano con personas enfermas.
- Tocar animales.
- Usar el baño.
- Cambiar un pañal.
- Manipular alimentos crudos (carne, pescado, aves, huevos).
- Manejar basura.
- Usar teléfonos públicos o dinero.
- Utilizar transporte público (autobús, taxi, metro, etc.).
- Permanecer en lugares muy concurridos (gimnasios, estaciones, aeropuertos, cines, etc.).
👉 Lavarse las manos de forma correcta y frecuente es una pequeña acción cotidiana con un gran impacto en la salud, tanto individual como colectiva